Reuniones adicionales de la Sociedad de Socorro
A
fin de complementar la instrucción de las reuniones dominicales, las
hermanas de la Sociedad de Socorro pueden participar en reuniones
adicionales.
Entre ellas se podría incluir servicio, clases, proyectos,
conferencias y talleres.
En estas reuniones, las hermanas aprenden y
llevan a cabo las responsabilidades caritativas y prácticas de la
Sociedad de Socorro.
Aprenden y ponen en práctica habilidades que las
ayudarán a aumentar su fe y su rectitud personal, fortalecer a sus
familias y hacer de sus hogares centros de fortaleza espiritual, y
ayudar a los necesitados.
Aprenden y ponen en práctica los principios de
la vida providente y la autosuficiencia espiritual y temporal.
También
aumentan su hermandad y unidad al enseñarse unas a otras y al servir
juntas.
A
todas las hermanas de la Sociedad de Socorro, incluso aquellas que
sirven en las Mujeres Jóvenes y en la Primaria y las que no participan
activamente en la Iglesia, se les invita a asistir.
Las hermanas también
pueden invitar a sus amigas de otras creencias.
No se debe hacer sentir a las hermanas que la asistencia a estas reuniones es obligatoria.
La
presidenta de la Sociedad de Socorro supervisa todas las reuniones de
la Sociedad de Socorro. Como parte de esta responsabilidad, con
regularidad delibera en consejo con el obispo en cuanto a la manera en
que las reuniones pueden contribuir a satisfacer las necesidades de las
personas y de las familias del barrio.
Aunque
la presidenta de la Sociedad de Socorro supervisa las reuniones, no
tiene que asistir a todas ellas.
No obstante, por lo menos una
integrante de la presidencia de la Sociedad de Socorro debe asistir a
cada reunión.
Frecuencia y ubicación de las reuniones
La
presidencia de la Sociedad de Socorro considera en oración la
frecuencia con la que deben llevar a cabo reuniones adicionales de la
Sociedad de Socorro, así como dónde deben efectuarlas. Una vez que tomen
una decisión, la presidenta de la Sociedad de Socorro solicita la
aprobación del obispo.
Estas
reuniones por lo general se llevan a cabo en días que no sean domingo o
lunes por la tarde. Generalmente se efectúan una vez al mes, aunque la
presidencia de la Sociedad de Socorro puede recomendar que se realicen
con más o con menos frecuencia. Se debe hacer lo posible por reunirse
por lo menos una vez cada trimestre.
Al
determinar la frecuencia, la ubicación y la duración de las reuniones
adicionales, el obispo y la presidencia de la Sociedad de Socorro tienen
en cuenta las obligaciones de tiempo de las hermanas, las
circunstancias familiares, la distancia y el costo del transporte, el
costo económico para el barrio, la seguridad y otras circunstancias
locales.
Planeamiento de las reuniones
Las
líderes de la Sociedad de Socorro deliberan en consejo en espíritu de
oración en cuanto a los temas que fortalecerán a las hermanas y a sus
familias, y en cuanto a las mejores maneras de enseñar dichos temas.
La
presidenta de la Sociedad de Socorro se asegura de que el obispo
apruebe los planes de todas las reuniones de la Sociedad de Socorro.
También se asegura de que todos los planes estén en conformidad con las
pautas del capítulo 13.
Aunque
la presidenta de la Sociedad de Socorro supervisa estas reuniones,
puede pedirle a su primera o segunda consejera que asuma la
responsabilidad de planearlas y de llevarlas a la práctica. También
puede recomendar que se llame a otra hermana como coordinadora de
reuniones de la Sociedad de Socorro para cumplir con esta
responsabilidad (véase 9.2.5).
Las
reuniones pueden centrarse en un tema o dividirse en más de una clase o
actividad.
Por lo general, las maestras deben ser miembros del barrio o
de la estaca.
Cada año, una reunión puede conmemorar la fundación de la
Sociedad de Socorro y centrarse en su historia y sus propósitos.
Al planear estas reuniones, las líderes de la Sociedad de
Socorro prestan especial atención a temas que el obispo les haya pedido
tratar para contribuir a satisfacer las necesidades locales.
Las líderes también dan prioridad a los siguientes temas:
Matrimonio y familia:
prepararse para el matrimonio y la familia, fortalecer los matrimonios, maternidad, educación temprana de los hijos pequeños, preparar a los jóvenes para futuras responsabilidades, fomentar la realización de la noche de hogar y prepararse para ella, y fortalecer la relación con los familiares.
Economía doméstica:
aprender y mejorar habilidades para el cuidado del hogar y de la familia, tales como limpiar, organizar, embellecer el hogar, cocinar y coser.
Autosuficiencia y vida providente:
finanzas (elaborar presupuestos, saldar deudas y aptitudes laborales); educación y alfabetización (estudiar las Escrituras y aprender el Evangelio, enseñar a otros a leer, dar clases a niños y jóvenes, elegir literatura infantil, utilizar computadoras y otra tecnología, y desarrollar conciencia cultural); salud (salud física, buena condición física, prevención y restablecimiento de adicciones, salud social y emocional, y prevención de enfermedades); jardinería y horticultura, producción y almacenamiento de alimentos; y preparación para emergencias.
Servicio caritativo:
cuidado de enfermos, ancianos, personas confinadas en el hogar, discapacitados, pobres y necesitados; apoyo a madres que acaban de dar a luz y a sus bebés; y ayuda humanitaria y a la comunidad.
Templo e historia familiar:
recabar y preservar datos de historia familiar, escribir historias familiares, preparación para el templo y hacer la obra del templo.
Compartir el Evangelio:
labores misionales de los miembros, hermanar a miembros nuevos y menos activos, amistar a vecinos, activación y retención, recibir a nuevas hermanas en la Sociedad de Socorro, y prepararse para servir en misiones de tiempo completo.
Las líderes también dan prioridad a los siguientes temas:
Matrimonio y familia:
prepararse para el matrimonio y la familia, fortalecer los matrimonios, maternidad, educación temprana de los hijos pequeños, preparar a los jóvenes para futuras responsabilidades, fomentar la realización de la noche de hogar y prepararse para ella, y fortalecer la relación con los familiares.
Economía doméstica:
aprender y mejorar habilidades para el cuidado del hogar y de la familia, tales como limpiar, organizar, embellecer el hogar, cocinar y coser.
Autosuficiencia y vida providente:
finanzas (elaborar presupuestos, saldar deudas y aptitudes laborales); educación y alfabetización (estudiar las Escrituras y aprender el Evangelio, enseñar a otros a leer, dar clases a niños y jóvenes, elegir literatura infantil, utilizar computadoras y otra tecnología, y desarrollar conciencia cultural); salud (salud física, buena condición física, prevención y restablecimiento de adicciones, salud social y emocional, y prevención de enfermedades); jardinería y horticultura, producción y almacenamiento de alimentos; y preparación para emergencias.
Servicio caritativo:
cuidado de enfermos, ancianos, personas confinadas en el hogar, discapacitados, pobres y necesitados; apoyo a madres que acaban de dar a luz y a sus bebés; y ayuda humanitaria y a la comunidad.
Templo e historia familiar:
recabar y preservar datos de historia familiar, escribir historias familiares, preparación para el templo y hacer la obra del templo.
Compartir el Evangelio:
labores misionales de los miembros, hermanar a miembros nuevos y menos activos, amistar a vecinos, activación y retención, recibir a nuevas hermanas en la Sociedad de Socorro, y prepararse para servir en misiones de tiempo completo.
Clase para niños
Se
puede llevar a cabo una clase para niños a fin de que las madres de
niños pequeños asistan a las reuniones que no se realizan en domingo.
Con la aprobación del obispado, la presidencia de la Sociedad de Socorro
pide a hermanas de la Sociedad de Socorro o a otros miembros del barrio
que supervisen y enseñen esta clase. Si las hermanas de la Sociedad de
Socorro enseñan la clase, la presidencia de la Sociedad de Socorro
alterna esta responsabilidad para que todas las hermanas puedan tener la
oportunidad de asistir a las reuniones. Si los hombres enseñan esta
clase, la presidencia de la Sociedad de Socorro sigue las pautas
establecidas en 11.8.1.
Los
maestros de la clase para niños planean actividades de acuerdo con la
edad de los niños, las cuales les enseñen acerca del Padre Celestial y
de Jesucristo. Pueden utilizar manuales y otros materiales de la
Primaria para enseñar a los niños.
Si
en la clase para niños se diera comida, los líderes consultan
primeramente con los padres de cada niño sobre posibles restricciones
dietéticas debido a afecciones como diabetes o alergias.
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