Ir a la Sociedad de Socorro cada domingo es una cosa, pero sentir que se pertenece al grupo de las hermanas de la unidad es otra bien distinta, y es en lo que deberían esmerarse las presidencias de la organización en lograr hacer sentir a CADA hermana que ella es importante, una hija muy querida de nuestro Padre Celestial, y una pieza importante del grupo de la organización.
El siguiente artículo sacado de Estilo Sud ilustra bastante bien en qué consiste el "verdadero espíritu" de la Sociedad de Socorro:
Actividades de la Sociedad de Socorro
¿Para qué?
Por Karina Michalek de Salvioli
¿Para qué?
Por Karina Michalek de Salvioli
Hay algo que sólo puede dar la Sociedad de
Socorro. Es allí en donde escuchamos experiencias divertidas,
difíciles, interesantes de cómo mujeres similares a nosotras superaron
las dificultades del diario vivir. En la cocina de la capilla de mi
infancia las hermanas nunca dejaban de hablar o de reír. No sé de qué
hablaban.A veces mi mamá me miraba fijo y entendía que debía salir.
Debajo de la ventana escuchaba a alguien llorar y a muchas consolar. La navidad comenzaba mucho antes de diciembre. Pasaron los años y al comenzar mi vida de casada, me encontré en muchas reuniones de Labores, de Superación Personal, y en Talleres aprendiendo cosas similares. Desde un taller en cuanto a envasado en vinagre, de costura a pintura, de técnicas de estudio a cocina para épocas de emergencia. Pero fue una hermana quien, sin saber, me dio la receta de una reunión eficaz. Esta hermana dirigía un taller de cocina: "Cocina para Una." Cada semana, las jóvenes adultas aprendían a cocinar ellas solas comidas económicas, saludables y ríquisimas. Mientras lo hacían, escuchaban un cuento de Cortázar, un poema de Fernández Moreno o una historia de Borges. La cocina se transformaba en taller literario y estas jóvenes descubrían un mundo que no conocían. Se cubría una necesidad pero guiada por el Espíritu, se llenaba el alma de esas jóvenes que estaban lejos de su hogar, en un país extraño ganándose la vida, o estudiando. Fue en las clases de tejido en dónde escapaba literalmente de mi función de madre "cambia-pañales". Cada sábado por la mañana, la hermana encargada del taller nos esperaba radiante y nos enseñaba la técnica del famoso punto tunecino. Cada año sigo tejiendo un saco para mi hija con esa técnica. Mis hermanas la aprendieron, pero nunca pude transmitir la calidez de esas mañanas juntas. Descubrí a una maestra excepcional: a una hermana con una sensibilidad espiritual admirable, a una mujer mayor que no dejaba de aprender, a jóvenes madres como yo, con situaciones más complicadas que buscaban una oportunidad de ganarse algo de dinero. Escuché anécdotas que me sirvieron para comprender. El servicio en la Sociedad de Socorro engrandece y santifica a todas las hermanas. Las reuniones de la Sociedad de Socorro están para hermanarnos, conocernos y así saber cómo ayudarnos en momentos difíciles. No podemos ayudar a quien no intentamos conocer. Excepcionalmente el Espíritu puede guiarnos. Pero será mejor cuando al amarnos a pesar de nuestras diferencias, podamos ejercer la caridad y compartir experiencias para fortalecernos. Como dijo el Pte. Henry B. Eyring, ‘el legado [de la Sociedad de Socorro] se transmite de corazón a corazón’ En mis últimas reuniones, aprendí a envasar berenjenas en escabeche y a realizar flores de telas. También descubrí lo que las reuniones del domingo no me permiten ver. Entendí lo que las corridas en los pasillos no me dejaron escuchar. Descubrí que aún las necesito para darle a mi vida el condimento que viene de compartir vidas con otras mujeres... Como vemos del artículo escrito arriba, no importan tanto las actividades que se hacen en la Sociedad de Socorro, (aunque es muy importante que se ciñan a los OBJETIVOS DE LA SOCIEDAD DE SOCORRO), sino que lo más importante es que las hermanas se reúnan con la máxima frecuencia para aprender las unas de las otras, para conocerse mejor y por lo tanto, para poder quererse y apreciarse mejor. Y así, generación tras generación, las SUD pueden ir aprendiendo las unas de las otras a ser mejores esposas, mejores madres, y mejores hijas tanto de sus padres terrenales como de su Padre Celestial que espera lo mejor de cada una de ellas. | |||||||||||
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