(Sacado del capítulo 2 de Hijas en Mi Reino, este artículo podría ser analizado durante una clase de un Primer Domingo de mes durante la reunión de la Sociedad de Socorro cuyo tema sería la Caridad, y cómo debería ser una Sociedad de Socorro ideal en la que todas las hermanas se sintieran fortalecidas, aceptadas y queridas.)
José Smith dijo: "La Sociedad de Socorro existe no sólo para dar alivio al pobre, sino para salvar almas."
El profeta José Smith alentaba a las hemanas de la Sociedad de Socorro en sus esfuerzos por fortalecer a los necesitados. En una reunión de la Sociedad de Socorro, después de enseñarles sobre 1 Corintios 12 (acerca de los dones espirituales), comenzó a leer el discurso de Pablo sobre la caridad que está en 1 Corintios 13. Al comentar el capítulo, el Profeta dijo:
"No se limiten en sus puntos de vista con respecto a las virtudes de su prójimo...Si desean hacer lo que hizo Jesús, deben ensanchar su alma hacia los demás... Al ir aumentando en inocencia y virtud, al ir incrementando su bondad, dejen que se ensanche su corazón, hagan que se extienda hacia los demás; deben ser longánimes y sobrellevar las faltas y los errores del género humano. ¡Cuán preciosas son las almas de los hombres!"
En otra reunión de la Sociedad de Socorro, enseñó:
"Nada tiene mayor efecto en una persona para inducirla a abandonar el pecado que llevarla de la mano y velar por ella con ternura. Cuando las personas me manifiestan la más mínima bondad y amor, ¡oh, qué poder ejerce aquello en mi alma!; mientras que un curso contrario tiende a agitar todos los sentimientos ásperos y contristar la mente humana."
Las hermanas de la Sociedad de Socorro adoptaron el servicio caritativo como un principio fundacional de su organización. Cada semana, al reunirse la Sociedad de Socorro femenina de Nauvoo, las hermanas presentaban un informe sobre los necesitados de forma individual. Una tesorera aceptaba los donativos y éstos se distribuían para ayudar a los necesitados. Los donativos comprendían dinero, provisiones, talentos y tiempo. Las mujeres donaban ropa y ropa de cama. Ofrecían lino, lana e hilo con los que se podía hacer ropa. También donaban alimentos: manzanas, cebollas, harina, azúcar, pan y mantequilla...
El Élder John A. Widtsoe, del Quórum de los Doce Apóstoles, describió la obra fundamental de la Sociedad de Socorro:
"Ayudar al necesitado, atender al enfermo, disipar las dudas, liberar de la ignorancia, aliviar de todo lo que obstaculice la alegría y el progreso de la mujer. ¡Qué magnífica comisión!"
Las mujeres Santos de los Últimos Días, firmes en su fe y testimonio, han recibido verdaderamente "el encargo de los ángeles".
El Élder M. Russell Ballard, del Quórum d elos Doce Apóstoles, enseñó:
"Toda hermana de esta Iglesia que haya hecho convenios con el Señor tiene el mandato divino de ayudar a salvar almas, de guiar a las mujeres del mundo, de fortalecer los hogares de Sión y de edificar el reino de Dios."
Cuando al principio del todo, Sarah M. Kimball y Margaret Cook decidieron fundar una sociedad de costura, querían ayudar a preparar un templo para el pueblo. Bajo la inspiración y la guía del profeta José Smith, el cual les dijo que el Señor tenía "ALGO MEJOR" para las mujeres de la Iglesia, tras lo cual organizó la Sociedad de Socorro, al final, contribuyeron a preparar un pueblo para el templo.
Dicha obra continúa hoy en día. Guiadas por los principios que José Smith enseñó, las hermanas de la Sociedad de Socorro trabajan juntas para preparar a las mujeres y a sus familias para las bendiciones supremas de Dios.
Siguen con gozo el consejo de la madre de José Smith, Lucy Mack Smith:
"Debemos atesorarnos unas a otras, velar unas por otras, consolarnos unas a otras y adquirir conocimiento a fin de que todas nos sentemos juntas en el cielo."