Como las abejas de una misma colmena, así deberíamos actuar las hermanas de la Sociedad de Socorro, aprovechando al máximo las reuniones de entre semana, las llamadas REUNIONES ADICIONALES (antiguas reuniones de Economía Doméstica que luego pasaron a llamarse Reuniones de Superación Personal, de la Familia y del Hogar).
No importa cómo se llamen las reuniones de entre semana. Lo que importa es que se realicen de modo frecuente, en general, una vez a la semana, y que cumplan con los requisitos del Señor.
Es verdad que la sociedad del mundo actual puede influir en las hermanas de nuestros días, pues cambian los tiempos, cambian las modas, hasta las mentalidades pueden cambiar. Sin embargo, debemos recordar que si el Señor hubiese deseado que las SUD siguiesen las modas y las directrices del mundo no habría inspirado a José Smith, allá por el año 1842, a que la organización de mujeres de Nauvoo fuese algo más que simplemente eso: una simple organización de mujeres.
Y es que la Sociedad de Socorro es bastante más que una simple reunión de mujeres que aprenden acerca de costura, cocina, envasado de frutas y hortalizas, cosmética, etc.
La Sociedad de Socorro no debe seguir lo que las mujeres del mundo siguen. Las mujeres de la Sociedad de Socorro deben ser mujeres especiales en cuanto a su forma de vivir. Esta forma de vida debería ser sabia, alejada de las aberraciones del mundo, y frugal, alejada de los excesos del mundo.
La Sociedad de Socorro no es una sociedad cualquiera, es una sociedad de mujeres basada en los principios del Evangelio que sigue las directrices del Sacerdocio.
Las mujeres SUD que de corazón deseen seguir al Señor, alejándose de todo lo mundano, convirtiéndose así en buenas seguidoras de nuestra fiel madre Eva, se regocijan en aprender en hermandad y amor las unas de las otras, en reunirse con frecuencia juntas para compartir experiencias, penas y alegrías. También aprenden acerca del valor del trabajo, combatiendo la ociosidad (lo que suelen llamar vagancia, pereza, o flojera).
Las fieles hermanas de la Sociedad de Socorro se esfuerzan en aprender todo lo necesario para cumplir con su deber sagrado de hacer de su hogar un pedacito de cielo sobre la tierra. Se esfuerzan en tener su hogar ordenado, limpio y bien organizado.
También prefieren aprender a cocinar de modo saludable para que sus familias coman adecuadamente en lugar de simplemente comprar alimentos precocinados, o comida rápida, o cualquier otro tipo de comida tan de moda, pero desgraciadamente, no tan saludable como la natural de toda la vida, aquella como la que preparaban nuestras madres.
Las hermanas de la Sociedad de Socorro también se deben reunir para aprender a coser, aunque a veces encuentren prendas ya confeccionadas más baratas que si compraran la tela y luego confeccionaran la ropa. Pues al aprender a coser su propia ropa, a la larga no sólo logran ahorrar mucho dinero ayudando así a la economía familiar, sino que también aprenden a no depender de nadie para confeccionar sus propias prendas y las de su familia. Se convierten en expertas (o casi) y aprenden a crear, a desarrollar sus talentos, a disfrutar con lo que hacen ya que son capaces de crear modelos exclusivos. Y lo mismo pasa cuando hacen sus propios jerseys de lana (sueters), o sus propias mantas, colchas, edredones, bolsos, etc. Se convierten en verdaderas artistas de gran talento, y lo disfrutan todas juntas, y lo pasan en grande porque salen satisfechas de las reuniones adicionales, habiendo disfrutado de su mutua compañía.
Pero sobretodo, salen fortalecidas porque al reunirse las hermanas de todas las edades, interactúan las unas con las otras: las más jóvenes aprenden de las experiencias de las más mayores, y estas últimas disfrutan del entusiasmo de las de menor edad.
¿Y cuál es la finalidad de las reuniones adicionales de la Sociedad de Socorro?
No es más que la de aprender a amarse las unas a las otras, ayudándose mutuamente, y disfrutar aprendiendo a hacer juntas todo lo que les ayuda a ser autosuficientes. Y todo ello, basándose en los principios del Evangelio.
Que todas las reuniones adicionales puedan cumplir con estas pautas, para que el Señor pueda estar siempre complacido con las Hijas del Convenio ya que si así lo lograsen hacer, se alejarían de lo mundano y harían que el Espíritu del Señor siempre estuviese presente en esas reuniones y en la vida de las hermanas.
Las fieles hermanas de la Sociedad de Socorro se esfuerzan en aprender todo lo necesario para cumplir con su deber sagrado de hacer de su hogar un pedacito de cielo sobre la tierra. Se esfuerzan en tener su hogar ordenado, limpio y bien organizado.
También prefieren aprender a cocinar de modo saludable para que sus familias coman adecuadamente en lugar de simplemente comprar alimentos precocinados, o comida rápida, o cualquier otro tipo de comida tan de moda, pero desgraciadamente, no tan saludable como la natural de toda la vida, aquella como la que preparaban nuestras madres.
Las hermanas de la Sociedad de Socorro también se deben reunir para aprender a coser, aunque a veces encuentren prendas ya confeccionadas más baratas que si compraran la tela y luego confeccionaran la ropa. Pues al aprender a coser su propia ropa, a la larga no sólo logran ahorrar mucho dinero ayudando así a la economía familiar, sino que también aprenden a no depender de nadie para confeccionar sus propias prendas y las de su familia. Se convierten en expertas (o casi) y aprenden a crear, a desarrollar sus talentos, a disfrutar con lo que hacen ya que son capaces de crear modelos exclusivos. Y lo mismo pasa cuando hacen sus propios jerseys de lana (sueters), o sus propias mantas, colchas, edredones, bolsos, etc. Se convierten en verdaderas artistas de gran talento, y lo disfrutan todas juntas, y lo pasan en grande porque salen satisfechas de las reuniones adicionales, habiendo disfrutado de su mutua compañía.
Pero sobretodo, salen fortalecidas porque al reunirse las hermanas de todas las edades, interactúan las unas con las otras: las más jóvenes aprenden de las experiencias de las más mayores, y estas últimas disfrutan del entusiasmo de las de menor edad.
¿Y cuál es la finalidad de las reuniones adicionales de la Sociedad de Socorro?
No es más que la de aprender a amarse las unas a las otras, ayudándose mutuamente, y disfrutar aprendiendo a hacer juntas todo lo que les ayuda a ser autosuficientes. Y todo ello, basándose en los principios del Evangelio.
Que todas las reuniones adicionales puedan cumplir con estas pautas, para que el Señor pueda estar siempre complacido con las Hijas del Convenio ya que si así lo lograsen hacer, se alejarían de lo mundano y harían que el Espíritu del Señor siempre estuviese presente en esas reuniones y en la vida de las hermanas.
Gracias por compartir tan valiosas verdades para que podamos fortalecernos y trabajar en unida como miembros y como lideres.
ResponderEliminarEl propósito de la Sociedad del Socorro nunca cambia.
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